Un país próspero, productivo y en paz es el que todos soñamos. Alcanzarlo pareciera ser imposible, pero, en realidad, no lo es. Lo que hace falta es que decidamos, con convicción, que debemos trabajar de manera colaborativa y apuntando hacia un mismo fin.

Alrededor de 2012 empecé a involucrarme en un proyecto que me daba mucha esperanza. La iniciativa se llamó “Mejoremos Guate”, y era una hoja de ruta con el objetivo de alcanzar niveles de desarrollo que nos permitan vivir en un país más próspero, con mayor inversión social, mayor seguridad y más justica. “Mejoremos Guate” reunía propuestas detalladas, basadas en estudios profundos, y que, a su vez, priorizaban ciertas acciones.

Con el paso de los años, “Mejoremos Guate” logró importantes victorias y brindó infinidad de aprendizajes. Quizás, el aprendizaje más valioso es que careció de participación y apropiación por parte de los actores políticos.

Como una especie de reinvención de “Mejoremos Guate”, surge “Guatemala No Se Detiene” (GNSD). Este es un plan que ha sido construido bajo una lógica multi-sectorial, y que busca reactivar y acelerar el crecimiento de nuestra economía. Se construye de manera independiente y con alto rigor técnico. El gran objetivo es crear 2.5 millones de empleos adicionales para el año 2032, a través de un crecimiento económico inclusivo.

El plan se basa en cinco puntos: (i) atracción de inversión, (ii) desarrollo de capital humano, (iii) infraestructura, (iv) turismo, y (v) certeza jurídica. Hasta el momento, GNSD ya ha tenido resultados notables en materia de inversión extranjera directa, alianzas, formación de capital humano, creación de nuevos empleos, entre otros.

Recientemente, el presidente electo, Bernardo Arévalo, participó en el cierre del XVIII Congreso Industrial de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG). Las palabras del presidente electo fueron optimistas y alentadoras, y promovieron la unidad de los guatemaltecos para alcanzar el desarrollo del país. Al finalizar su discurso, representantes de CIG le hicieron entrega simbólica del plan de GNSD.

Bernardo Arévalo se reúne con empresarios y habla de unidad nacional para garantizar la justicia y las inversiones

Aplaudo al presidente electo Arévalo por recibir este gran proyecto con tanta apertura. Como bien dijo él en su discurso, “yo espero contar con el apoyo de ustedes para sacar adelante esta empresa común que se llama Guatemala”. Me sumo al espíritu colaborativo del presidente electo.

 

A los gobiernos les corresponden ciertas responsabilidades irrenunciables. Y cada administración matiza sus soluciones a través de políticas públicas según su plan de gobierno. Habiendo dicho eso, no todo es responsabilidad del gobierno de turno. En ese sentido, es importante que adoptemos cambios sistémicos con una óptica multi sectorial de largo plazo para lograr la tracción necesaria. ¿Por qué? Porque la magnitud de las brechas es muy grande y porque las acciones a implementar seguramente nos llevarán más de los cuatro años de un gobierno; es decir, deben ser inter-temporales entre administraciones. La volatilidad de las políticas públicas es su propio peor enemigo.

Afortunadamente, Guatemala ya tiene un bosquejo de ese plan de largo plazo y alrededor del cual se genera un mecanismo de colaboración multisectorial. Es alentador contar con propuestas técnicas que busquen transformar nuestro país y, aún más, observar la buena disposición de muchos actores y sectores para construir, en conjunto, a partir de tales propuestas técnicas. Los principios de GNSD son fundamentales; representan el conjunto de mínimos necesarios para sacar adelante a nuestro país. No pueden ni deben existir diferencias alrededor de los mínimos de infraestructura, educación, certeza jurídica y generación de empleo. A partir de aquí, podemos construir, pero retroceder no debe tan siquiera ser una opción.

Estamos en un momento crítico. Tenemos todo para salir adelante y ser esa Guatemala que tanto soñamos, pero, como mencioné al inicio, tenemos que definir nuestro norte y decidir trabajar juntos para lograrlo. GNSD empieza a generar resultados importantes y positivos. Quizás no sea el plan perfecto, pero sí es el mejor que hemos tenido en años. ¿Podremos superar nuestras diferencias y trabajar juntos para sacarlo adelante?

Hoy más que nunca debemos proyectar una imagen de unión y compromiso con la democracia. Definamos esos mínimos sobre los que estamos de acuerdo y que representan las soluciones a nuestros principales cuellos de botella. Solo así podremos acelerar nuestro ritmo de desarrollo. Lo más importante es que lo hagamos de manera colaborativa, porque los retos que tenemos son demasiado grandes y el ritmo de avance demasiado lento como para creer que exista otra solución. Como dijo el presidente electo Arévalo, saquemos adelante esta empresa común que se llama Guatemala.