Le mente de un niño es increíble. No hay límites para lo que pueden aprender ni para lo que puedan lograr. Sin embargo, necesitamos que los niños en todas las comunidades de nuestro país tengan acceso a entornos y herramientas que promuevan la estimulación y desarrollo de todo su potencial. Hoy, San Pedro La Laguna, es prueba de cómo se puede transformar una comunidad, cuando se abren espacios para fomentar la creatividad y genialidad de los niños.
Al nacer, el cerebro de un bebé es muchísimo más capaz de lo que creemos. Un bebé puede sentir, pensar e incluso analizar. En sus primeros años de vida, el cerebro humano se desarrolla con mucha rapidez, generando nuevas conexiones sinápticas y absorbiendo conocimiento con cada experiencia. En la niñez el cerebro tiene una mayor capacidad de generar conexiones, y por ende aprendizaje, que el cerebro de un adulto. Nunca más en la vida, el cerebro tendrá una capacidad de aprendizaje tan increíble como en ese momento. Allí recae la importancia de aprovechar esta etapa para estimular el desarrollo temprano. El niño es (y se convertirá) en aquello que lo rodea y su mente se adecuará a los límites o los horizontes que le impongamos.
Habiendo dicho eso, ¿se imaginan qué pasaría en nuestro país si exponemos a nuestra niñez a estímulos educativos que “turbinen” su aprendizaje? ¿Qué pasaría si les enseñamos habilidades que les permitan generar prosperidad y abundancia? ¿Qué pasaría si les damos a los niños una serie de herramientas que abran su mente a infinitas posibilidades? El cambio de mentalidad que esos niños (¡y nuestro país!) vivirían sería increíble. Y, con mucha satisfacción y felicidad, puedo decir que esta transformación ya se está viviendo en San Pedro La Laguna, Sololá.
Tras haber inaugurado a San Pedro La Laguna como municipio digital en agosto de 2022, Funsepa y otros aliados impulsaron un taller de impresión 3D para un grupo de niños de esta comunidad. En este taller los niños aprendieron sobre diseño de prototipos y cómo utilizar una impresora 3D. Algunos cuestionarán la utilidad de aprender sobre la impresión 3D. Pero son las personas que habrán pasado por alto las múltiples destrezas y expansión cerebral que este ejercicio conlleva.
La impresión 3D ayuda a mejorar el pensamiento lógico de un niño, para así organizar y planificar sus ideas. A su vez, estas habilidades fomentan su creatividad y convierten al niño en un verdadero solucionador de problemas. A través del taller y las dinámicas, el niño se da cuenta que, con dedicación suficiente y sin necesidad de tener grandes conocimientos, puede resolver cualquier problema que se le atraviese.
Como cierre de este increíble taller, Funsepa, Incubideas y la Universidad Del Valle, llevaron a cabo el pasado domingo el “Festival de Ideas”. Este fue un espacio para celebrar la creatividad de los niños de San Pedro La Laguna y explorar juntos los grandes aprendizajes que tuvieron durante el taller. Radiantes de orgullo, los niños mostraron a sus familias, amigos y demás visitantes el proceso creativo que los llevó a desarrollar sus creaciones 3D.
Fue increíble ver el mundo desde la perspectiva de los niños. Me admiraron con sus ocurrencias, su gran capacidad de empatía y sus ganas de ser parte de la solución. Sonia y Juanita fueron dos de las alumnas más destacadas del curso. Sus proyectos finales no se trataron de grandes máquinas complicadas, simplemente idearon un objeto que les permitía solucionar un problema que les afecta en su día a día.
En el caso de Sonia, ella creó una “Cajita de seguridad” y un “Porta-machete”. Entre risas y picardía, Sonia contó que su abuelo es un tanto desordenado. Él tenía la mala costumbre de dejar su machete y otros objetos peligrosos por todos lados en su casa. En ocasiones ella se había lastimado con el machete porque su abuelo lo había dejado tirado por allí. Sonia estaba preocupada y no quería que algo peor pasara. Así que hizo un prototipo de un “Porta-machete” y una cajita de seguridad para su abuelo, para así ayudarlo a ser más ordenado y cuidadoso con sus cosas.
Juanita también tenía un problema en su familia que quería ayudar a resolver. A Juanita le preocupaba que su mamá se quejaba mucho de dolores en sus piernas y pies, por permanecer mucho rato parada durante su jornada laboral. Juanita quería ayudarla, así que se le ocurrió crearle un masajeador para aliviarle su dolor.
Como Juanita y Sonia hay miles de niños más en Guatemala, aguardando el momento para despertar. Espacios como el “Festival de ideas” nos demuestran el grandioso potencial de los niños para innovar, si tan solo les damos la oportunidad. Las mentes jóvenes de nuestro país son brillantes y pueden llegar muy lejos. Pero no pueden solos. Necesitamos velar porque tengan acceso a estos talleres de estimulación y herramientas tecnológicas que los catapultarán hacia su futuro.
Tenemos muchos problemas como nación. Sin embargo, estoy seguro de que podemos no solo resolverlos sino sobresalir en nuestro nivel de desarrollo como nación. La clave reside en poner más cerebros a innovar, a pensar en soluciones creativas y a aplicarse en la ejecución de dichas ideas. Como ya dije, los niños son increíbles. Su mente puede crear e idear las soluciones más sencillas a los problemas más complicados. Los niños son el futuro, pero, si no les damos las herramientas para expandir sus mentes, nos estaremos condenando, como país, a permanecer en la mediocridad perenne.
Bravo a la comunidad de San Pedro La Laguna por creer en el potencial de su niñez. Bravo por no tener miedo a hacer las cosas diferentes. Bravo por darle a sus niños la posibilidad de explorar los límites de su imaginación y crear. Allí es donde yace la verdadera transformación que necesitamos como nación. ¡Sigan adelante!