Las toneladas de basura que viajan por el río Motagua y desembocan en el Atlántico son abrumantes. Sus 486 km de longitud lo hacen uno de los ríos más grandes y un ecosistema que alberga una amplia diversidad de flora y fauna. Pero hoy es escenario de uno de los desastres naturales más grandes del país, cuyas consecuencias afectarán a nuestro planeta entero.

Colapso de biobarda en río Motagua agrava acumulación de basura en playas

Estamos en una situación problemática. Las playas de Puerto Barrios, Izabal se encuentran en estado deplorable, sin embargo, el fuerte daño también puede verse en las costas hondureñas, como en Omoa. Autoridades hondureñas ya han expresado su preocupación, descontento y hasta una posible denuncia hacia nuestro país. Mas allá de eso, tenemos que entender que nuestros altos niveles de contaminación tienen consecuencias graves para el medio ambiente. Estos desechos contribuyen a empeorar los niveles de emisión de carbono (CO2) en nuestro planeta. Recordemos que el exceso de emisiones de CO2 agrava el efecto invernadero, provocando así un mayor calentamiento de la tierra.

“El daño es irreversible”: Honduras advierte de que denunciará a Guatemala por contaminación ambiental

 

Todo está conectado. La ciencia nos dice que la temperatura del planeta ha incrementado 1.1 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Cada vez estamos más cerca de alcanzar los 1.5 grados, un nivel crítico para la humanidad. Este incremento se debe a comportamientos humanos y ya podemos ver sus nocivas consecuencias. Desde los incendios en Grecia y California, hasta el incremento de huracanes y el aumento de su potencia. Lamentablemente el nivel de crisis ambiental solo se agudizará conforme suba el nivel del océano y se reduzca nuestra capacidad de cultivar alimentos.

 

Desde Guatemala no todo es negativo. Hemos aportado al migrar nuestra matriz energética de combustibles fósiles a renovables. De acuerdo con cifras oficiales, pasamos de 50% de generación renovable a 68% en los últimos 14 años. Si bien esta es una buena noticia, seguimos teniendo una dependencia excesiva del combustible más contaminante: el carbón. Esperemos que la tendencia continúe y que sigamos migrando hacia otros tipos de energías renovables (solar, hidro, eólica). Si las actuales licitaciones abiertas se mantienen, seguiremos avanzando hacia la meta de alcanzar un 80% de generación de energía renovable. Ojalá nuestras autoridades y gremios asociados al sector energía, se mantengan firmes con esa visión. De lograrlo, estaríamos reduciendo nuestra huella de carbón ante el mundo.

 

La humanidad debe tomar acciones colectivas, pero eso es complejo. Nuestra cultura ancestral nos enseñaba a cuidar la madre tierra, pero hoy ella llora inconsolablemente.  ¿En dónde hemos dejado esos valores? No podemos quedarnos brazos cruzados. No esperemos las normas y restricciones para tomar acciones. Seamos proactivos en lo individual y promovamos iniciativas en la empresa donde trabajamos. ¿Qué podemos aportar como personas?

 

Se me ocurren varias cosas: no dejar corriendo los chorros, instalar paneles solares (Guatemala tiene un excelente marco regulatorio que lo permite), conversión del transporte a eléctrico (particularmente el público), tratar de utilizar menos nuestro automóvil o por lo menos instalar filtros de emisiones en vehículos viejos, desperdiciar menos comida (los desechos de comida emiten metano, lo cual contribuye al efecto invernadero), reciclar nuestra basura y, bajo ninguna circunstancia tirarla a nuestros ríos o barrancos. Finalmente, otra cosa que podemos hacer es presionar a nuestros líderes para actuar ya, empezando por resolver la grave situación que se vive por la contaminación del río Motagua.

 

Necesitamos ejecutar cambios radicales en todos los aspectos de nuestra vida y nuestra sociedad, para poder co-existir con el inevitable cambio climático y evitar que sus consecuencias se agraven aún más. El secretario general de la ONU, António Guterres, ya calificó la situación como un “código rojo para la humanidad”. No podemos tomar esta situación a la ligera. Tenemos que actuar, y tiene que ser ya. La ventana de tiempo ha llegado a su fin.

La Tierra se está calentando más rápido que antes, dicen los científicos, y la ventana se está cerrando para evitar resultados catastróficos