Tuve el honor de colaborar en el desarrollo del último reporte de análisis del Diálogo Inter-Americano, titulado “Cooperación y Coordinación Profunda en las Políticas de Salud de América”. Este fue un rico y valioso ejercicio de debate y análisis con profesionales de salud, de políticas públicas, ex-políticos, entre otros. El fin era comprender el desempeño de los sistemas de salud en atender la pandemia del Covid-19 y plantear recomendaciones de cómo hacerlo mejor en el futuro.

Si leen mi columna y me siguen en redes sociales, sabrán que desde marzo 2020 he buscado la manera de colaborar con el abordaje de la pandemia: apoyé el lanzamiento de una campaña de concientización del uso de mascarilla (#MascarillasGT), apoyé con la donación de pruebas PCR, comuniqué sobre los beneficios del uso de escafandras en pacientes de Covid-19, etcétera. Desde Fundesa, he apoyado el proyecto que asesora al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social con el módulo de compras e inventarios en hospitales. También he expuesto en este espacio mis apreciaciones y análisis sobre la pandemia y temas relacionados a ella (vacunación, reactivación económica, etc.) Fueron estas experiencias las que aporté para la elaboración de este reporte.

Debemos reconocer que nuestro sistema de salud presentaba grandes deficiencias entrando a la pandemia. Estas deficiencias se vuelven aún más evidentes durante una crisis, como la actual. Nuestro sistema de salud fue puesto a prueba como nunca. Sin duda, cada país tiene retos muy particulares, pero es posible ver ciertos aspectos en común entre todos nosotros.

 

El reporte de El Diálogo presenta cinco recomendaciones puntuales para fortalecer nuestros sistemas de salud y enfrentar de una manera más eficiente las emergencias de este tipo. Las cinco recomendaciones son: (i) promover un mejor liderazgo y gobernanza, (ii) incrementar el acceso, divulgación, protección y privacidad de datos de alta calidad y confianza, (iii) fortalecer la seguridad sanitaria, (iv) asegurar un acceso equitativo a servicios de salud e insumos médicos, y (v) controlar y manejar la propagación de noticias falsas, desinformación y teorías conspirativas.

Siguiendo las recomendaciones del informe, para el caso de Guatemala, me parece oportuno priorizar estrategias que nos permitan generar la digitalización de los sistemas de salud y la transparencia de datos agregados. Esto nos ayudará a ser más eficientes en nuestros procesos y proveer servicios de calidad a todos los ciudadanos por igual. Además, es de suma importancia que nos apoyemos en la ciencia para combatir la desinformación que tanto daño hace. Cada día una nueva noticia falsa ronda por nuestras redes, causando pánico y miedo en la población. Tenemos que trabajar por lograr estas mejoras en nuestro sistema.

Quizás la recomendación más importante tiene que ver con el liderazgo y voluntad política. Estas son condiciones importantes para garantizar la victoria en la lucha contra esta pandemia y, especialmente, para prepararnos ante una posible próxima. La realidad es que, como país y región, reprobamos la prueba. Sin duda, debemos buscar la manera de fortalecer nuestros sistemas de salud, por el bien de todos nosotros y de futuras generaciones.

 

Ojalá que podamos sacar algo bueno de esta crisis. Ojalá que empecemos a hacer la importante y rezagada tarea de fortalecer nuestro sistema de salud. Dejemos atrás la improvisación y diseñemos un sistema de salud robusto, accesible y que pueda atender a toda la población.