La tragedia de Venezuela

por | Jul 31, 2024 | Destacados, Otros Temas | 0 Comentarios

Las imágenes que nos llegan de Venezuela son desconcertantes e indignantes. La crisis allá está más fuerte que nunca. El pasado 28 de julio el pueblo venezolano celebró sus elecciones presidenciales para así elegir al líder de la nación para los próximos 6 años. La jornada transcurrió sin mayores percances, en paz y aparentemente de manera democrática. A las 2 de la madrugada (hora de Venezuela), el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Nicolás Maduro ganador de la contienda electoral con el 51 por ciento de los votos. Fue en este momento que la crisis se agudizó.

Desde hace mucho tiempo se sabía que el proceso electoral en Venezuela de este 2024 sería complicado. Recordemos que el 17 de octubre de 2023, el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana firmaron el Acuerdo parcial sobre la promoción de derechos políticos y garantías electorales para todos, comúnmente conocido como Acuerdo de Barbados. Esta fue una mesa de diálogo que se instaló en Barbados para que, a cambio de ciertos compromisos por parte del régimen de Venezuela (como hacer un proceso de elecciones limpio, liberar presos políticos, entre otros), Estados Unidos le quitaría las sanciones a la industria de hidrocarburos y gas natural del país, y el remover la comercialización secundaria.

Tras la firma de este acuerdo, la oposición celebró un proceso en el que eligió a María Corina Machado con el 90 por ciento de los votos, como candidata única para enfrentar a Maduro en 2024. Como era de esperarse, el régimen de Maduro se encargó de desacreditar las elecciones primarias. Y luego se encargó de eliminar a María Corina como la legítima candidata, creyendo que eso les aseguraría el triunfo en las urnas. No sé a ustedes, pero a mí me recuerda a las estrategias que buscaban asegurar a “Meme presidente” o “Thelma presidente”, al ir eliminando a los principales opositores previo al evento electoral.

 

Con la descalificación de María Corina, el político Edmundo González tomó el relevo en la contienda electoral. González se perfilaba como el candidato capaz de poner fin a 25 años de gobiernos socialistas chavistas en Venezuela. Sin embargo, el CNE declaró su “supuesta” derrota, lo que despertó sospechas tanto en el país como en la comunidad internacional. La oposición denunció múltiples irregularidades en la transmisión de actas y otros abusos. El Centro Carter fue categórico: “La elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”.

 

El pueblo venezolano no se quedó con los brazos cruzados, han tomado las calles y se ha manifestado ante el evidente fraude que vivieron el pasado fin de semana. Tras las garrafales fallas y engaños del CNE, los ciudadanos se han encargado de hacer un propio escrutinio. En tiempo récord, este grupo de ciudadanos revisó más del 80 por ciento de las actas. Según dicho análisis y las actas publicadas en línea, Edmundo González sumó el 67 por ciento de los votos, mientras que Nicolás Maduro apenas llegó al 30 por ciento.

El pueblo y la comunidad internacional han pedido a todo pulmón la publicación de los datos completos y detallados de la elección. La única razón lógica por la que no se hacen públicas las actas es porque estén tratando de producir versiones alteradas. Recordemos que ya existe un repositorio espontáneo de actas y muchas han sido validadas por los propios integrantes de las mesas receptoras de votos.

 

En respuesta a ello, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el martes pidió la captura de María Corina Machado y Edmundo González. Durante una sesión ordinaria de la Asamblea Nacional, transmitida por el canal estatal, Rodríguez los tachó de liderar la “conspiración fascista” que quieren imponer en Venezuela.

El reciente proceso electoral en Venezuela ha demostrado, una vez más, la profundidad de la corrupción del régimen de Maduro. A todas luces, Nicolás Maduro dio un golpe de Estado en Venezuela. Desde el principio, se burlaron de importantes actores de la comunidad internacional, llevando a cabo elecciones sin garantías ni mecanismos efectivos para hacer valer esas garantías Tal como lo afirma la Organización de Estados Americanos, el manual completo del manejo doloso del resultado electoral fue aplicado de manera rudimentaria la noche del domingo. Es evidente que nunca existió la intención de respetar la voluntad de los ciudadanos venezolanos.

La capacidad de observar el proceso fue gravemente violada. Se vedó el arribo de observadores internacionales y se impidió el acceso de los fiscales autorizados por los partidos políticos al centro de tabulación de datos del CNE. Sin posibilidad de fiscalizar, las inconformidades planteadas a lo largo del proceso quedaron sin respuesta.

Más allá de la manipulación electoral, se violan sistemáticamente los derechos humanos en Venezuela. El derecho al voto en democracia ha sido usurpado, y aunque el país se presenta al mundo como una democracia, hace mucho tiempo que dejó de serlo. El respeto a la constitución y las leyes se ha convertido en una mera fachada, utilizada solo para perseguir a los opositores. El “lawfare” se evidencia con las órdenes de captura contra el candidato a todas luces ganador y contra María Corina Machado.

El derecho a la libre expresión es constantemente atacado, al igual que la libertad de los presos políticos y el derecho a la vida. ¿Cuántas vidas más sacrificará el régimen dictatorial para mantenerse en el poder? La respuesta a esta pregunta es inquietante, pero necesaria para comprender la magnitud de la tragedia que vive Venezuela.

Venezuela era un país próspero, uno de los más ricos de nuestra región. Todo eso cambió hace 25 años, cuando eligió a Hugo Chávez, seducidos por sus promesas de combatir la corrupción y erradicar la pobreza. Tan solo un cuarto de siglo más tarde vemos como la revolución bolivariana logró la más precipitada propagación de la pobreza en la historia de la humanidad. En el mismo período, las fortunas ilícitas de los “boliburgueses”, quienes integran el íntimo circulo del poder, se han multiplicado exponencialmente. No es ningún secreto que ese mismo círculo gestiona el Cartel de Los Soles y que soltar el poder implicaría renunciar al lucrativo negocio del narcotráfico.

Es frustrante para los venezolanos, y para el resto de Latinoamérica, exigir un cambio por la vía democrática y ser burlados de manera tan burda. Ojalá muy pronto el pueblo venezolano recupere la libertad y prosperidad que exige a gritos.