Andrea es una joven que nació y creció en San Juan Olintepeque, Quetzaltenango, a 202 kilómetros de la ciudad capital. Desde pequeña ha escuchado tantas historias de superación de personas que migran a la capital. Al igual que ellos, Andrea sueña con irse a la ciudad y trabajar en un prestigioso call center. Así que se empeña en sacar adelante sus estudios de secundaria y, en su tiempo libre, aprende inglés. Su meta es convertirse en una persona 100 por ciento bilingüe. Para Andrea y otros miles de guatemaltecos, hablar inglés fluido transformaría su vida de maneras inimaginables.
Historias como las de Andrea se repiten muchísimas veces en Guatemala. El inglés, sin lugar a dudas, se ha convertido en una catapulta hacia el éxito; un factor indispensable para avanzar en la vida profesional. Saber inglés no solo abre puertas a mejores empleos, sino que también permite a los jóvenes integrarse en un mundo globalizado, conectarse con otras culturas y acceder a una educación de calidad. Sin embargo, en nuestro país hoy existe una fuerte deficiencia en el dominio del idioma inglés. Nuestros jóvenes no se gradúan de la secundaria con las competencias mínimas requeridas por el mundo laboral en lectura y matemáticas, mucho menos con competencias en el conocimiento del idioma inglés.
Según un reciente estudio del tanque de pensamiento Diálogo Interamericano, la iniciativa “Guatemala No Se Detiene” (GNSD), Empresarios por la Educación y Agexport, titulado “Inglés para la inserción laboral en Guatemala”, en Guatemala se desperdician miles de oportunidades por no saber inglés. Vivimos una paradoja, mientras crece la demanda laboral para personas bilingües, miles de oportunidades laborales quedan vacantes porque no hay suficientes personas que tengan un nivel adecuado de este idioma.
El talento humano debidamente preparado es escaso. A pesar de que el sector de BPO y call centers brinda empleo a alrededor de 52 mil personas, existen entre 10 y 15 mil plazas de trabajo que no logran ser contratadas por falta de candidatos con competencias necesarias en el conocimiento del inglés. El 80 por ciento de estas plazas requieren un nivel de inglés de B1 y B2, además del dominio de otras competencias como atención al cliente, resolución de conflictos, negociación con terceros, actividades de gestión administrativa y la capacidad de enseñar a otros.
Aún y cuando muchas personas expresan su interés por aprender el idioma inglés, el estudio revela que aprenderlo es un gran reto. Uno de los principales obstáculos es la disponibilidad de profesores con las capacidades de enseñar el idioma. La escasez de docentes preparados es un gran cuello de botella. Por ello, las academias optan por contratar a personas conocedoras del idioma, pero con nulas destrezas de docencia, lo cual no garantiza un efectivo proceso de aprendizaje.
Afortunadamente, hemos definido el aprendizaje del inglés como una prioridad nacional alrededor de la cual estamos colaborando de manera multisectorial. A raíz de esos esfuerzos, han surgido programas de becas a nivel gubernamental o de iniciativa público-privada. Un ejemplo son los acuerdos ministeriales 410-2023 y 100-23, del Ministerio de Educación y el Ministerio de Economía. Complementando dichos esfuerzos, los mismos call centers han implementado iniciativas para abordar estas brechas en el nivel deseado de inglés, como los programas de inglés para la inserción laboral o academias de inglés dentro de los BPO’s, cuyo fin es incrementar el nivel de inglés para el trabajo. Actores no lucrativos, como Funsepa, también han sido parte activa de este proceso y han ofrecido becas en línea a través de plataformas como Platzi.
Estos esfuerzos seguramente rendirán importantes beneficios para quienes logren aprovecharlos. Sin duda, saber inglés abre puertas de oportunidades. Información de las empresas del sector BPO y call centers indica que los salarios superan los 5000 quetzales mensuales, un ingreso 40 por ciento mayor al salario mínimo vigente. Además, ofrecen beneficios adicionales como bonificaciones sumamente atractivas, prestaciones de ley, seguro de salud, y otros. Para cualquier joven recién graduado de la secundaria, este es un trampolín para dar un salto en la calidad de vida y oportunidades futuras.
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Andrea Méndez, Coordinadora de Reclutamiento del Sector @BPOGuatemala nos detalla cómo el programa Finishing School Certification for Call Center Representative, está cambiando el rumbo de cientos de vidas!
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No olvidemos que, año tras año, más de 160 mil jóvenes se gradúan del ciclo diversificado. Jóvenes, como Andrea, con grandes sueños y anhelos. Con grandes esperanzas por salir adelante y ser la mejor versión de ellos mismos. Pero, lamentablemente, no todos ellos pueden acceder a esas oportunidades que los harán brillar, ya sea por carencia de capacidades técnicas, habilidades blandas o el dominio del idioma inglés. Guatemala cuenta con un bono demográfico que nos permitiría crecer y desarrollarnos como nación. Pero corremos el riesgo de desperdiciar nuestro bono demográfico si no aprovechamos estas oportunidades de aprendizaje y superación.
Como lo digo siempre, nuestro país tiene todo para salir adelante. Necesitamos implementar una estrategia nacional y tomar acciones decididas, sobre todo en el tema de la enseñanza del idioma inglés. El plan debe abordar la problemática de manera sistémica y en estrecha coordinación con los empleadores. Se debe implementar el área de inglés en nuestro Currículum Nacional Base, para que niños y jóvenes adquieran esta habilidad tan útil e importante en su vida, que nos permita generar esas oportunidades de empleo que nos llevarán a un desarrollo incluyente. Sin embargo, la falta de alineación entre las políticas oficiales, la realidad en las aulas y las demandas del mercado laboral genera preocupación sobre la eficacia de la enseñanza del inglés en nuestro país.
Como bien lo indica el estudio de “Inglés para la inserción laboral en Guatemala”, si queremos asegurar un futuro prometedor para nuestros jóvenes, es imperativo que hagamos del inglés una prioridad nacional. Necesitamos una estrategia coherente y bien implementada, que involucre tanto a nuestras autoridades, las instituciones educativas como al sector privado. Solo así podremos transformar los grandes sueños de jóvenes como Andrea en realidades. Solo así, les brindaremos la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y ser exitosos.