El jaguar es uno de los animales más majestuosos que han existido. Es el mayor felino de América y el tercero más grande en todo el mundo. Su agilidad felina es como la de ningún otro, con un cuerpo esbelto, pelaje único y espectacular, excelente vista y oído agudo. Un felino como ninguno. Y así, con tal majestuosidad, fuerza, agilidad y grandeza, debería ser Guatemala, el jaguar de América.

 

Hoy, 15 de septiembre de 2022, se marcan 201 años de nuestra independencia como nación. Es el día ideal para que reflexionemos qué nos hace falta para convertirnos en ese jaguar. ¿Qué tenemos que hacer para ser ese jaguar fuerte y ágil? ¿Ese jaguar que marque la pauta en toda la región?

 

Ciertamente, en estos dos siglos nos ha tocado vivir todo tipo de situaciones y acontecimientos: el campo de batalla de fuertes conflictos geopolíticos, tragedias sociales, desastres naturales, escándalos, los efectos de una política accidentada, corrupción, impunidad, una posición geoestratégica apetecida por los narcotraficantes, el conejillo de indias para tantos experimentos importados, etcétera. Esto ha dejado una huella en nuestra sociedad y nos ha impedido salir adelante. En todo este tiempo hemos sido incapaces de instalar un verdadero sistema de pesos y contrapesos de una república.

 

Quizás, lo peor de todo, es que en 201 años no hemos logrado una verdadera unión nacional. No hemos alcanzado la reconciliación de las heridas que hemos sufrido en los últimos siglos. Como sociedad seguimos guardando rencor, cargando ese gran peso del pasado y, en consecuencia, hemos caído en el revanchismo y la polarización. Esto ha provocado que cada uno vaya por su lado, que, ante la ausencia del diálogo, no se trabaje bajo un mismo plan consensuado, hacia un mismo fin.

 

No podemos seguir así. Debemos enfocarnos en lo que nos une, en lo que nos hace más fuertes, en lo que nos permitirá llegar a ser el jaguar de América. Somos un país resiliente, con tanta historia que nos ha fortalecido y dejado muchas enseñanzas, con un clima, una flora y una fauna envidiable. ¿Por qué no aprovecharlo? ¿Por qué no trabajar por que prevalezca una cultura de construcción, dignidad, armonía y respeto? ¿Por qué no promover una convivencia sana, abierta al diálogo? Solo a través de ese diálogo, en el cual dejemos atrás nuestras diferencias, podremos resolver los grandes pendientes que tenemos como nación.

 

Las implicaciones de convertirnos en el jaguar de América son inmensas. Pero tenemos fuertes pendientes que atender antes: tenemos que incrementar en $5,000 millones las exportaciones en 10 años, tenemos que generar $300 millones adicionales de inversión de extranjera directa por año, y tenemos que generar 2.5 millones de nuevos empleos formales. El plan “Guatemala No Se Detiene” justamente busca atender estos retos. Para ello fueron definidos 20 productos que pueden tener mayor participación en las exportaciones, 4 sectores que pueden atraer nuevas inversiones, y 4 áreas de trabajo transversales con el gobierno: infraestructura, capital Humano, certeza jurídica y competitividad, y turismo.

 

El plan va encaminado, y justamente su fortaleza recae en que constantemente genera dinámicas de trabajo. No se queda en papel, sino es una guía técnica, en el que convergen distintos actores (a nivel gubernamental, sociedad civil y privado) para lograr alcanzar esa transformación que se necesita. Aunque es un plan con sólido sustento técnico, su mayor debilidad radica en que sigue sin ser un plan ampliamente consensuado. Se requiere que más guatemaltecos se involucren y que se enriquezca el plan con nuestras visiones colectivas. Debemos dejar atrás la polarización y el revanchismo, para que este se convierta en un verdadero plan de nación. NUESTRO plan para NUESTRO país, independientemente de los cambios que se puedan ir generando a lo largo del tiempo a nivel político.

 

En este día tan relevante para nuestra patria, espero, de corazón, que logremos dejar nuestras diferencias atrás. Que dejemos la crítica y división lejos y que juntos, trabajemos para que Guatemala sea ese jaguar ejemplar para toda la región y todo el mundo. ¿Qué hacemos para lograrlo?