Hace unas semanas les presenté mi versión del “Ten Year Challenge a la Tortrix”, un breve análisis sobre los cambios en nuestro país durante la última década. Al analizar el aspecto de seguridad, me basé en la tasa de homicidios. Uno de mis lectores me hizo la observación de que esto no es suficiente. Tiene razón.

 

Ciertamente la tasa de homicidios no es el único indicador en materia de seguridad ciudadana, aunque sí es el más utilizado en el mundo para fines comparativos y para monitorear avances y retrocesos. El Cien elaboró un método que da un panorama más completo, el Índice de Denuncias de Delitos (IDD). Este consolida las tasas interanuales por cada 100 mil habitantes de denuncias de nueve delitos: homicidios, lesiones, violaciones, secuestros, extorsiones, robo de vehículos, robo de motocicletas, robo de furgones con mercadería y robo a viviendas. En su conjunto denota una mejora de 9 por ciento de enero a diciembre 2018. Por ello, podemos afirmar que hemos avanzado en seguridad ciudadana. Veamos el detalle.

 

Seis de los nueve delitos monitoreados disminuyeron (homicidios, lesionados, denuncias por violación, denuncias de robo de vehículos y de motocicletas, y denuncias por robo a viviendas) y tres delitos incrementaron (denuncias por secuestro, por extorsión y por robo de furgones con mercadería). En cuanto a homicidios, siete departamentos (la mayoría en el nor-occidente) registraron una tasa menor a 10 homicidios por cada 100 mil habitantes. A nivel municipal, 20 municipios registran tasas superiores a 55 homicidios por 100 mil habitantes, como Nueva Concepción en Escuintla (102) y Melchor de Mencos en Petén (96). Valdría la pena entender qué sucede en estos lugares para focalizar esfuerzos.

 

La criminalidad es un fenómeno multicausal. Por tanto, se debe abordar integralmente a través de la prevención y disuasión, resolución pacifica de conflictos, coerción, investigación, judicialización, y penalización y resocialización de los criminales. Eso pasa por el fortalecimiento de la PNC (su recurso humano y la investigación criminal), la concentración de los esfuerzos en áreas más vulnerables y la construcción de más cárceles para acabar con el hacinamiento que existe el Sistema Penitenciario.

 

En ese sentido, el Cien propone desarrollar un nuevo modelo de gestión en la PNC, fortalecer la inspectoría general, fortalecer la investigación criminal a través de unidades especializadas, construir nuevas cárceles, fortalecer unidades de control interno, entre otras. Sin embargo, en mi opinión, lo principal es enfocarnos en la prevención. Por ejemplo, tener un control de riesgos más minucioso, atender a grupos vulnerables (jóvenes indigentes, prostitución, etc.) y recuperar los entornos urbanos deteriorados.

 

Guatemala carece de un plan estratégico de seguridad y justicia. Este debe ser desarrollado conjuntamente por todos los sectores. Necesitamos acciones concretas y verificables, y necesitamos el compromiso de todos, sobretodo de nuestros gobernantes. Como ciudadanos, podemos monitorear el IDD y seguir de cerca las acciones de nuestras autoridades. También podemos aprovechar herramientas de denuncia anónima, como Crime Stoppers (Tupista.gt), para aportar valiosos insumos a nuestras autoridades. Pero además, es muy importante que estemos pendientes de las propuestas de los candidatos en esta contienda electoral. ¿Qué proponen? ¿Cómo piensan hacerle frente a estas dificultades? Esperemos que los partidos se comprometan con acciones concretas para alcanzar una Guatemala más segura.