La humanidad está atravesando por el escenario más complicado de su historia, un escenario completamente paradójico. La buena noticia es que la pobreza se está reduciendo a nivel mundial. Sin embargo, la humanidad se encuentra en una encrucijada, ya que consumimos cada vez más recursos naturales y contaminamos cada vez más conforme nuestras sociedades se vuelven más “prósperas”. Nuestro ecosistema ya está agotado y no aguantará las presiones adicionales que le estamos cargando con cada año de “avance”.

 

Hace unos días, me preocupé de sobremanera mientras leía un artículo en el New York Times donde se levantaba la voz de alerta sobre la velocidad a la cual están subiendo de nivel los océanos, la tasa más rápida de los últimos 28 siglos. Esto ha ocasionado una serie de inundaciones en las áreas costeñas de todo el continente americano. Según expertos, eventualmente, muchas comunidades localizadas en estas áreas desaparecerán por completo ¿Cómo seguir incluyendo a cada vez más actores económicos, entendiendo que conforme el ingreso per cápita va subiendo, el nivel de consumo también lo hace y por tanto sube la contaminación y nuestro ecosistema se debilita más y más?

 

Afortunadamente la humanidad puede corregir su curso. Hay indicios de un fuerte compromiso por parte de muchos para ponerle fin a esta paradoja. Por ejemplo, recientemente fue firmado un acuerdo por el cambio climático, cada vez más compañías basan su marketing en valores bien cimentados, los empresarios están comprometidos a redefinir sus objetivos en base a cuántas vidas mejoran y los acuerdos colaborativos entre naciones, son más fuertes que nunca. Sin duda, estos son rayos de esperanza. Debemos re definir los paradigmas de la humanidad y velar por el bienestar de todos. Debemos borrar las líneas de pobreza que históricamente fueron definidas por religión, ideología, género ni nacionalidad.

 

Como sociedad y como ciudadanos del mundo en que vivimos, debemos colaborar en conjunto para resolver los problemas tan complejos que enfrentamos hoy. Tales problemas necesitan ser resueltos con la colaboración de actores multi-disciplinarios para encontrarles soluciones viables. Debemos afrontar el problema con soluciones totalmente fuera del cajón. Por ejemplo, han surgido varias empresas que permiten compartir vehículos en lugar de ser propietarios individuales de los mismos. Por ende, es preciso que juntos nos dotemos de nuestra diversidad, conocimiento y talento. De tal cuenta, ¿Podemos accionar en el sentido de urgencia necesario para lograr cambios sustanciales en nuestro mundo? ¿Hemos identificado los principales frenos que nos impiden avanzar y hemos definido estrategias para mitigar su resistencia?

 

Como bien dice el dicho, no podemos resolver las problemáticas de mañana con las ideas de ayer. Un mundo mejor es posible, pero requiere innovación, cambios masivos y un salto cuántico en nuestro avances. Necesitamos construir puentes de colaboración entre nosotros y encontrar esquemas propositivos para darle visibilidad a temas críticos. Por un lado, es importante buscar esquemas propositivos para elevar la visibilidad de ciertos temas. Por ejemplo, en el tema del agua, hay múltiples ríos totalmente secos en Guatemala porque hemos abusado de su caudal. Pero esta es una situación que afecta a todo el mundo. Únicamente 1% del agua en el mundo está disponible para la humanidad, y cada día utilizamos más de ella para consumir y para satisfacer nuestras necesidades, lo cual la hace cada vez más escasa. Es necesario no solo elevar conciencia sobre la problemática, sino además activarnos en forma pro positiva en la implementación de soluciones.

 

Tendremos que repensar algunos paradigmas. Por ejemplo, la presión por el resultado trimestral que exigen las bolsas de valores a las empresas listadas. ¿Cómo lograr un esquema que garantice el comportamiento responsable con todos los poderdantes, cuando lo que se mide y evalúa son solamente las utilidades? Al final, ese comportamiento responsable seguramente proveerá una rentabilidad más sostenible en el largo plazo, pero tenemos que vencer los atajos de corto plazo.

 

Los invito a pensar sobre esta paradoja y crisis que enfrenta la humanidad. Dejemos de polarizar y cavar hacia abajo, unámonos para que nuestro país y el mundo entero salga adelante. Construyamos puentes de colaboración entre nosotros y pongamos nuestros mejores talentos a servicio de un mejor país y, ¿por qué no?, un mejor mundo.