Estamos a horas de iniciar el capítulo de un nuevo año y de dejar atrás otro que marcó por completo la historia de nuestro país. La víspera de año nuevo es un momento para que hagamos una revisión de lo que nos deja el 2015, lo bueno, lo malo, pero sobre todo, aquello que podemos cambiar.

 

Cada víspera de año nuevo es costumbre que cada quien prepare una lista de resoluciones para cumplir en el nuevo año. En ese sentido, y aprovechando la activación ciudadana que los guatemaltecos hemos impulsado el año que está a punto de terminar, les quiero proponer un reto. Este es un reto en conjunto, que asumimos individualmente, basado en el amor que todos tenemos a nuestra patria. A continuación les propongo 8 resoluciones que podemos incorporar a nuestro propio listado para ayudarnos a seguir construyendo una nación ejemplar en 2016:

  1. Seamos vigilantes y accedamos a la información a la que tenemos derecho. Pongamos en práctica la Ley de Acceso a la Información Pública, conozcamos nuestros derechos, responsabilidades y obligaciones que esta ley nos otorga. Recordemos que ésta es una herramienta de sumo valor que nos permite conocer a detalle qué sucede en las Arcas del Estado. Los invito a que la pongamos en práctica y enviemos un formulario pidiendo información. Ingresen a mi blog para encontrar la Guía Ciudadana para el Acceso a la Información Pública de Acción Ciudadana, y un ejemplo de cómo se debe hacer la solicitud de acceso a la información. No solo a temas de corrupción, sino también a programas clientelares que de una u otra forma desperdician recursos públicos.
  2. Adoptemos a un diputado. Los diputados son los representantes del pueblo, pero muchas veces desvinculados de él. Retomemos el contacto entre la ciudadanía y nuestros diputados. Conozcámoslos. Sigámosle la pista a un diputado todos los días del año, para así hacer una auditoría de lo que hacen y de lo que dejan de hacer. ¿Qué propuestas de ley está trabajando? ¿Asistió a sesión plenaria? ¿Tiene negocios con el Estado? Si creemos en su causa, ¿cómo podemos ayudarlo a que se vuelva una realidad?
  3. Visitemos el Congreso. El Congreso es para el pueblo y por el pueblo, exijamos que legislen y auditen según nuestros intereses. Conozcamos la agenda pendiente y las iniciativas de ley que rondan por las distintas curules. Atrevámonos a abrir el debate sobre lo que sucede dentro del Congreso, ya sea en nuestras redes sociales, con nuestros amigos y familia o a través de distintos espacios de discusión como los medios de comunicación digitales. Es importante que todos juntos deliberemos alrededor de las acciones de nuestros diputados, ¿son de beneficio para el país o todo lo contrario? Estando dentro del Congreso, veamos cómo se lleva a cabo una sesión plenaria y conozcamos la labor del diputado que ya hemos adoptado.
  4. Hagamos una colecta de productos “pirata”. Comprar productos “pirata” o de contrabando es apoyar al crimen organizado y a estructuras de corrupción. La batalla anti-corrupción comienza en casa. Hagamos una introspección dentro de nuestros hogares y deshagámonos de aquellas cosas que nos impidan ser coherentes con nuestros ideales patrióticos. Invitemos a nuestros familiares, amigos y vecinos a hacer lo mismo, para así impedir que este flagelo siga creciendo. Recordemos que para vencer a la corrupción no solo basta protestar, sino ser honestos a través de nuestro diario actuar, dando así nuestro ejemplo. Incentivar buenos comportamientos con nuestros vecinos, genera una cadena de buenas acciones cuyas consecuencias son de gran valor para toda nuestra nación.
  5. Denunciemos sin miedo. Los asaltos, las extorsiones y los robos no son “normales”. No justifiquemos un crimen solo porque “a todo mundo le pasa”. Callar es ser cómplice, no tengamos miedo a represalias. Eso equivale a darle licencia a estos criminales a que sigan delinquiendo. Denunciemos y exijamos que nuestro sistema de justicia sentencie a aquellos que se burlan de la ley.
  6. Aplaudamos la buena labor de nuestros servidores públicos. Sin duda existen muchas personas trabajando dentro del Estado con buena voluntad y buenas intenciones, que día a día luchan por una Guatemala mejor. Desde los maestros del sector público, hasta un agente de la Policía Municipal de Tránsito. Seamos agradecidos con la buena labor que realizan, ¿por qué no enviarles una nota de agradecimiento por lo que hacen por nosotros y nuestro país entero? No solo les mostraremos cuánto valoramos su trabajo bien hecho, sino que también reforzamos los comportamientos positivos que buscamos en nuestros servidores públicos.
  7. Apadrinemos una escuela pública. Recordemos que únicamente un pueblo educado tiene la capacidad de salir adelante. Al ser vigilantes de lo que sucede en nuestras escuelas públicas, exigiremos mejores resultados en las mismas. En ese sentido, podemos comenzar con reportar todos los días a través de la aplicación ciudadana generada por Empresarios por la Educación, si la escuela está abierta o cerrada. De esta manera podremos apoyar a que los niños lleguen a recibir un mínimo de 180 de días de clases efectivos. Idealmente, podríamos ir un paso más allá y asegurar que la escuela cuente con los insumos necesarios para funcionar correctamente, (mobiliario, infraestructura, útiles, refacción escolar, etc.)
  8. Bajar de peso, y no me refiero a eliminar esas libritas que tenemos de más. Me refiero a que eliminemos peso en nuestra alma. Dejemos de cargar con tanto rencor y odio, producido por décadas de conflictividad interna. Botemos ese bagaje histórico y verán cómo nuestra alma se siente más liviana. Solo dejando ir, podremos avanzar. Vivamos con respeto y tolerancia. En lugar de atacar verbalmente a aquellos que piensan diferente a nosotros, discutamos de una manera madura aquello en lo que no estamos de acuerdo. Abramos espacios de debate y deliberemos sobre lo que Guatemala realmente necesita. Respetemos las opiniones diferentes o contrarias y seamos tolerantes ante ellas. Nuestro país ha vivido en conflictos ideológicos suficiente tiempo ¿por qué empeñarnos en seguir hundiéndolo en ese mismo hoyo?

 

Estimados lectores, no me queda más de agradecerles por un año lleno de avances para nuestra querida patria. Estoy seguro que cada uno de ustedes jugaron un papel primordial en esta lucha por construir un mejor país. Los quiero invitar a que asuman este reto y hagan suyas estas resoluciones. Esta pequeña lista es tan solo una guía y sugerencia de las muchas cosas que podemos seguir haciendo por el futuro de nuestra Guatemala. Sigamos adelante y ¡feliz año nuevo a todos ustedes!