Este 2015 ha marcado un hito en la historia de nuestro país. Guatemala llegó a las portadas de los medios internacionales más importantes. Nuestro clamor contra la corrupción y contra la impunidad se escuchó en todo el mundo. ¡Este clamor aún no puede claudicar!

 

En primer lugar, logramos cambios trascendentales en nuestro Organismo Ejecutivo. Luego nos manifestamos pacíficamente en las urnas en la primera vuelta electoral, con una participación nunca antes vista del 71.2% de guatemaltecos empadronados, una cifra récord y ejemplo para muchos otros países del mundo. Y, finalmente, estamos exigiendo con valentía una depuración del Congreso Nacional de la República.

 

Los guatemaltecos no podemos bajar nuestra guardia y echarnos para atrás. Aún tenemos mucho por hacer, comenzando por ir a votar el próximo domingo. Es importante que participemos y nos manifestemos cívicamente en esta fiesta democrática. No podemos pretender que Guatemala cambie, si nosotros mismos nos rehusamos a formar parte de este proceso democrático. Quizá no nos identificamos con ninguno de los candidatos, pero no por ello es aceptable que nos abstengamos de ir a votar. Vayamos un paso más allá.

 

Independientemente de quién quede en la presidencia, hoy la ciudadanía juega un papel mucho más importante. Claro que debemos fiscalizar al nuevo gobierno desde el primer día, además igual de importante será acompañarlo con propuestas constructivas. Aprovechemos esta ventana de oportunidad para llevar a cabo los cambios de raíz que nuestro país exige y hagámoslo tendiéndonos la mano entre distintos sectores y actores para trabajar en equipo hacia un mejor futuro. No minimicemos nuestro rol ciudadano a solo fiscalizar. Si queremos cambios de fondo, los guatemaltecos debemos tener un rol mucho más activo en el próximo gobierno, aportando en propuestas multisectoriales en lugar de ser simples espectadores.

 

En Guatemala ya no se respira el aire de resignación que existía antes. Hoy vivimos en un nación mucho más comprometida con el futuro, con un interés genuino para hacer funcionar correctamente el Estado. Votemos inteligentemente, hagamos un Estado más efectivo. Velemos por que nuestros nuevos gobernantes aborden propuestas concretas y démosle paso a una nueva clase política para robustecer el marco del servicio civil. Tenemos muy claro cuáles son las prioridades de nación, pero más allá de hablar de planes, recordemos que es la gente la que hará la diferencia.

 

Sigamos siendo el ejemplo para naciones hermanas. Quedan días para que definamos el futuro de nuestro país. El próximo domingo, vamos todos juntos a votar porque Guatemala tiene que seguir cambiando. Reconozcamos que ese cambio inicia en nosotros mismos. No pretendamos tener una mejor Guatemala, sino queremos participar en su transformación. ¡Vamos por más!