Los movimientos de #RenunciaYa y #JusticiaYa evidencian el poder del pueblo y el freno ante los abusos de corrupción. Es hora de enfocar nuestra atención hacia la depuración del Congreso.

Parece que los guatemaltecos nos hemos olvidado que muchas de las redes de corrupción que tanto afectan a nuestro país, tienen su raíz en el Congreso. Poco lograremos por cambiar Guatemala si nuestras acciones no incluyen esfuerzos hacia la depuración del Congreso. La lista de barbaridades es innumerable, incluye desde pagos por votos hasta transferencias a ONGs personales. Entre los casos más recientes están el de Estuardo Galdámez por soborno a periodistas y el antejuicio contra el diputado Baudilio Hichos por sospechas de asociación ilícita, fraude y tráfico de influencias en el caso IGSS. Existen otros que parecen haber quedado en el olvido, como el de Emilennee Mazariegos, acusada de tráfico de influencias y Julia Maldonado, acusada de malversar Q4 millones del Consejo Nacional de la Juventud. Me pregunto entonces, si la información y las pruebas están al alcance de las autoridades, ¿dónde están los juicios contra aquellos diputados que han violado la ley? Si todos sabemos que allí es donde se cuecen las habas.
Es importante que estemos conscientes que los diputados han sido el primer actor permisivo para que la bola de nieve de la corrupción haya ido creciendo. En primer lugar, el Congreso ha incumplido sus deberes constitucionales, según el Artículo 171, el cual exige que se apruebe la gestión presupuestaria. A eso le sumamos el tráfico de influencias para lograr plazas u otros beneficios para sus allegados. En consecuencia, nuestro sistema se ha degenerado al punto donde las obras no se deciden según las necesidades de la población, sino que se asignan a seudoempresas constructoras de los mismos diputados, burlando por completo los procesos de licitación pública.
Guatemaltecos, vayamos un paso adelante. Cada vez son más los que alzan su voz y muestran su repudio a la corrupción. Sin embargo, aún hay mucho por hacer. Exijamos a nuestro sistema de justicia que abra casos por corrupción contra ciertos diputados transgresores y que se empeñen en lograr sentencias según la gravedad del delito, ello para el creciente repositorio de casos existentes. Exijamos al TSE el cumplimiento del Artículo 113 al vedar la posibilidad de inscripción a quienes el sistema de justicia persigue por corrupción.
No podemos permitir que sigan pisoteando a nuestra patria. Es de suma importancia que vayamos un paso más adelante, escudriñemos y revisemos con mucho cuidado las listas de diputados por las cuales vamos a votar en las próximas elecciones. ¡Que NO se nos cuele ninguno! El Congreso es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Un gobierno permeado por la corrupción, no vela por los intereses de la ciudadanía, y nuestro país merece mejor que eso. Amigos lectores, ¡no tengamos miedo! Seamos parte del cambio que ya se está viviendo en nuestro querido país. A los diputados honestos dentro del Congreso, les pido que propongan algún esquema de depuración de todos aquellos señalados por corrupción. Recuerden, el proceso de fortalecimiento institucional pasa por fortificar al hoy desprestigiado Congreso de la República.