Hace una semana muchos de los que asistimos a la décimo primera edición del Encuentro Nacional de Empresarios quedamos helados tras escuchar el testimonio de Marcelo Pajoc, vecino de la aldea Los Pajoces en San Juan Sacatepéquez, asesinado junto a otros miembros de su familia a finales del pasado mes. Lastimosamente, el caso de la familia de Marcelo es tan solo uno de los miles que suceden en el país.

 

Su testimonio no fue lo único que nos dejó perplejos. Las cifras y estadísticas presentadas también son desconcertantes. Desde la firma de los acuerdos de paz en 1996, más de 87mil guatemaltecos han sido víctimas de homicidio, a esto debemos agregarle el hecho que día a día mueren 16 personas en forma violenta. Este tipo de situaciones nos han convertido en el 4to país más peligroso de Latinoamérica, en donde 8.7% del PIB representa el costo de la violencia y donde el Ministerio Público tiene 1 millón 800 mil casos sin resolver.

 

Es importante reconocer que este gobierno ha logrado tener avances en el tema. Por ejemplo, la tasa de homicidios ha disminuido de 38.6 a 31.2 por cada 100 mil habitantes de 2011 a la fecha, además el Ministerio de Gobernación ha contribuido con la profesionalización de 400 agentes penitenciarios y el mejoramiento y equipamiento de la Policía Nacional Civil. Sin embargo, es innegable que enfrentamos un escenario abrumador y que hemos rebasado el nivel de tolerancia hacia la situación. El ENADE 2014 representó la oportunidad perfecta para reflexionar sobre el tema y, como dijo José Miguel Torrebiarte, presidente del comité organizador, poner un “hasta aquí”.

 

Con este escenario en mente, el ENADE 2014 reunió a disertantes de carácter mundial y líderes nacionales expertos en el tema. La charla magistral estuvo a cargo del ex-alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudolph Giuliani quien expuso sobre el exitoso caso de dicha ciudad en reducir el crimen y su posible aplicación en Guatemala. Entre todos los aportes que el ex alcalde Giuliani hizo durante la velada, quizá el más importante está en su llamado a poner como prioridad el tema de la seguridad ciudadana y la lucha contra la corrupción.

 

En la manera en que se atiendan ambas problemáticas, surgirán recursos para atender otro tipo de necesidades. Solo con seguridad se atraerá el turismo y la inversión que hemos ahuyentado. Durante su intervención, explicó que en su momento tuvo que tomar decisiones difíciles donde recortó el presupuesto de ciertos programas, como en educación, porque la seguridad ciudadana era un tema que debía atender de urgencia. De nada sirve que una escuela en un barrio marginal esté en óptimas condiciones, si a los niños les da miedo asistir.

 

En ese sentido, FUNDESA presentó una propuesta cuyo principal elemento es contar con un solo plan estratégico que abarque prevención y disuasión, policía capacitada, además de un Ministerio Público, Cortes y sistema penitenciario eficientes. Asimismo, con el fin de asegurar el involucramiento de todos los actores, FUNDESA complementó su propuesta con la convocatoria a la integración de una “Coalición por la Seguridad Ciudadana”, conformada por expertos a título personal que quieran acompañar el proceso de elaboración, implementación y evaluación del Plan Estratégico Integral de Seguridad y Justicia. Se trata de un solo plan consensuado y respaldado por sociedad civil, con un solo sistema de medición y metas cuantitativas compartidas.

 

Ninguno de estos esfuerzos tendrán fruto si no ponemos manos a la obra. Será la capacidad de seguimiento de la propuesta lo que determinará su éxito. Actualmente ya existen modelos de colaboración entre sector privado y el gobierno, como la plataforma de observación ciudadana Alertos. Es importante que comprendamos que únicamente a través de nuestro involucramiento activo en esfuerzos como Alertos y en la toma de decisiones, fiscalización de procesos y evaluación de proyectos innovadores, lograremos cambiar la situación.

 

Giuliani dijo “todos tenemos la obligación moral de dejar nuestro país a nuestros hijos mejor de lo que nos lo dejaron a nosotros”. Tenemos los insumos y una posible ruta, el resto está en el grado de activación que todos asumamos. Hemos llegado al momento en que debemos tomar las riendas de la situación que tanto nos afecta y no solo quedarnos en buenas intenciones. Si no nos involucramos, nunca llegaremos a vivir en una Guatemala más próspera, más solidaria y, sobretodo, más segura. Recordemos la frase célebre de Confucio: “donde hay justicia, no hay pobreza”.