Christopher Lasch, historiador y crítico de la sociedad estadounidense, dijo que “el papel de la prensa es alentar el debate, no proveer al público con información”.

En nuestra época, nos vemos bombardeados por información de toda clase, sin discriminación ni análisis. Información en bruto que, lejos de ayudarnos a tomar mejores decisiones en nuestras vidas, nos nubla el criterio y no nos aporta hacia la construcción de un mejor futuro.

Al igual que Lasch, pienso que la razón de ser de los medios, más allá de publicar datos y citas, es fomentar el debate constructivo. Las posibles soluciones a las problemáticas que afrontamos como sociedad se encuentran a través de la exposición de ideas y discusión de las mismas. En esa línea, hoy les presento este espacio de debate y propuesta bajo mi nombre.

Desde hace un tiempo he estado inquieto por compartir mi análisis e ideas sobre cómo superar los retos de nuestra Guatemala. Hago este planteamiento con humildad y reconociendo que estoy lejos de transmitir verdades absolutas.  Sin embargo, espero que este espacio sirva para enriquecer discusiones informadas y canalizadas hacia la búsqueda de posibles soluciones y de puntos de encuentro.

No es sorpresa que, como guatemalteco apasionado y padre de familia, afirme que vivimos en un país con muchas dificultades sociales, económicas y políticas. Nos atañan limitantes vinculantes como la pobre calidad educativa, la desnutrición crónica, la opacidad gubernamental, la inseguridad, la impunidad e importantes carencias en infraestructura.

Es importante subrayar la importancia de la responsabilidad individual de involucrarnos en ser parte de la solución y así lograr cambios trascendentales. Quizás con pequeñas acciones como escuchar antes de descalificar, buscar puntos en común en lugar de los puntos de polarización, promover el respeto al orden y las leyes, y construir sobre los esfuerzos meritorios de otros.

Por ello, el objetivo principal de esta columna es que compartamos ideas, experiencias, propuestas, opiniones. Recordemos que fomentar un debate enriquecedor, lejos de polarizar, representa la búsqueda de soluciones, acercamientos y consensos. Quedaré atento a recibir su retroalimentación para que juntos movamos el eje de discusión sobre políticas públicas con el fin de lograr resultados positivos y sustanciales.

Estoy convencido que existe mucha desinformación sobre la temática que afecta al país. Un ejemplo reciente fue la cobertura mediática de temas fiscales. Si de verdad queremos avanzar como nación, debemos exigir a los medios información sustentada y analizada. Cuestionemos, reflexionemos y debatamos. ¿Cómo podremos generar un debate enriquecedor con tal bombardeo de información no fundamentada? ¿Dónde ha quedado la función del perro guardián de la prensa, que cuida a los ciudadanos del crimen de la desinformación?

Nota: este artículo fue publicado en la edición del 26 de septiembre de 2013 del diario El Periódico en la ciudad de Guatemala